Acampada de los trabajadores en protesta contra la medida de la Generalitat
FERRAN  BALSELLS -  Barcelona - 12/07/2011
Los  pacientes y camilleros del hospital Dos de Maig deben acceder al centro  sorteando tiendas de campaña plantadas en la calle, sillas de oficina dispuestas  en pleno chaflán, pancartas, carteles por doquier y un tumulto de vecinos  enojados. "La verdad es que esta entrada es un engorro", ilustró Javier Ruiz,  usuario del centro de 37 años que a mediodía sudaba para salir del hospital sin  pisar a nadie con las muletas. "Pero es más importante luchar para mantener el  centro abierto. Cerrar estas instalaciones es un despropósito", admitió.
El  vecindario y los empleados del centro, que presta servicio en la derecha del  Eixample barcelonés desde 1923, se han volcado para evitar otro cierre a causa  de los recortes que la Generalitat aplica en la sanidad pública catalana. El  cierre, anunciado el pasado viernes para una fecha aún por determinar, ha  abierto otro frente de conflicto para el Departamento de Salud. Los trabajadores  acordaron ayer acampar indefinidamente ante el hospital, molestos por la falta  de información sobre su futuro. Unas 20 personas durmieron en tiendas en plena  calle la noche del domingo al lunes y los trabajadores han planificado un  calendario para relevarse y compaginar la acampada con sus obligaciones  laborales. La Guardia Urbana les recordó que podrían ser desalojados por los  Mossos d'Esquadra, pero el comité de empresa acordó mantener la protesta.
La  gestión del cierre ha crispado aún más a los empleados: Salud lo justificó para  devolver el edificio a la Cruz Roja, propietaria del inmueble, alegando el  descenso de la actividad en el hospital y la falta de voluntad negociadora de la  Cruz Roja para vender el edificio. La entidad humanitaria negó las acusaciones y  los trabajadores señalan que la actividad se ha incrementado. La plantilla  también ha organizado una cacerolada diaria y una recogida de firmas para  obligar al Gobierno catalán a esclarecer el futuro del centro.
"No  sé quién nos engaña pero entre unos y otros nos están tomando el pelo", protestó  Carmen González, miembro del comité de empresa que llevaba un cartel en contra  del cierre adherido a la espalda. "La mayoría de operaciones llegan derivadas  del hospital de Sant Pau porque está colapsado. No podrán asumir tanto  servicio", señaló. Salud, por su parte, insistió en que los servicios que presta  el hospital quedarán garantizados con la asistencia en otros centros de la zona.  "Pedimos responsabilidad a los trabajadores. No habrá despidos porque la mayoría  de empleados serán recolocados en otros centros", detalló a Europa Press el  secretario de Estrategia y Coordinación del Departamento, Francesc Sancho.
El  sindicato Médicos de Cataluña, por su parte, emitió un comunicado para denunciar  que el cierre supone un "ataque frontal" a la asistencia de proximidad y remarcó  que el centro ofrece servicios a 135.000 vecinos del Eixample.
"Es  que son muchos años, es una institución muy importante para el barrio", lamentó  Cristina Ventura, de 49 años, tras estampar la firma de protesta. "Al menos  haremos ruido; si no, estos políticos se creen que a los vecinos nos parece bien  que cierren el centro", señaló Alberto Comas, jubilado de 69 años.
La  indignación vecinal se palpa en los establecimientos: todos los comercios de la  zona lucen carteles y adhesivos en contra del cierre del centro sanitario y las  puertas del hospital son un hervidero de vecinos críticos con el cierre de un  equipamiento clave para la zona. "Y luego los políticos se suben los sueldos. No  deberíamos ir ni a votar", comentaron varios vecinos agolpados en la  puerta.
"Protestaremos  hasta conseguir que no cierren el hospital, pero la Generalitat ni se reúne con  nosotros ni nos escucha", señaló el comité de empresas del centro. Los  sindicatos consideran que no se han estudiado suficientemente otras alternativas  antes de prescindir del hospital. "Estamos convencidos de que hay otras opciones  más positivas para todos. Cerrar un hospital es siempre el último recurso",  señaló CC OO. La cúpula del Servicio Catalán de la Salud se reunió ayer para  abordar cómo gestionar los recortes, pero no comunicó si abordó el posible  cierre del Dos de Maig.
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario