Efecto Pujol: otro que se desmarca, ahora desde las páginas de La Vanguardia.
Para Xavier Antich, Pujol es un impostor, un inmoral y un indigno.
Xavier Antich es profesor de Historia de las Ideas estéticas en la Universidad de Gerona y presidente de laFundación Tàpies. Hermano de José Antich, colabora habitualmente en La Vanguardia. Ha sido precisamente en el diario del Grande de España en el que acaba de exponer su visión del Pujolgate. EscribeAntich:
“Si pensamos en la extrema y comprensible severidad con que se ha juzgado la confesión de fraude deJordi Pujol, no será difícil reconocer que lo que más ha irritado a la opinión general no es el fraude fiscal a la hacienda pública, que también, sino el hecho consciente y continuado de hacerlo escondido durante treinta y cuatro años: no la estafa, sino sobre todo la mentira. La gravedad, así, no es de orden económico, sino es sobre todo de orden moral. El problema no es sólo haber hecho lo que hizo, sino haber ocultado durante tanto tiempo que lo hacía. La acción, así, sólo puede ser severamente reprobada por su indignidad moral. (…) Lo que ha hecho es irreparable, moralmente irreparable. El fraude podría ser restituido. La mentira, no. La impostura, tampoco. (…)
El combate fundamental de la ética se juega en la integridad, es decir, en la coincidencia entre lo que se dice y lo que se hace. Decir lo contrario de lo que se hace, adornando con bellas palabras lo que se ha hecho o se está haciendo, cuando eso es indigno, es el paradigma de la irresponsabilidad y la impostura: equivale a no asumir que cada uno determina, sin excusas que valgan, el contenido de sus propios actos”.
No podemos estar más de acuerdo. Permítasenos, no obstante, unas preguntas: ¿qué hacía la prensa catalana, empezando por el medio en el que escribe Antich, cuando el comportamiento de los dirigentes deConvergència apestaba a corrupción? ¿Investigaron e informaron, o taparon lo que era cada vez más evidente para evitar morder la mano que les daba de comer? ¿Qué calidad democrática tiene un país en el que los medios y los intelectuales callan durante décadas para tapar el comportamiento mafioso de quienes están en el poder?.
Queremos, necesitamos, otra Cataluña. Librarnos de Pujol y su losa es un primer paso. Unos medios de comunicación independientes y fiables sería otro gran avance.
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